Un apagón nacional paralizó por completo la República Dominicana durante más de seis horas la madrugada y mañana de este miércoles, afectando a la totalidad de las provincias y generando un caos inédito en hospitales, bancos, infraestructura clave, el aeropuerto internacional y servicios básicos. De acuerdo con la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), la falla “totalmente inesperada” en el sistema de alta tensión hizo colapsar la red eléctrica nacional interconectada poco antes de las 5:30 am, dejando a más de 11 millones de personas sin suministro de luz ni acceso a muchos servicios públicos esenciales.
El corte generalizado de energía tuvo efectos críticos en hospitales que debieron operar únicamente con plantas de emergencia y reportaron retrasos en cirugías y atenciones de urgencia, mientras empresas, comercios, la banca y organismos gubernamentales suspendían actividades presenciales o migraban temporalmente a canales digitales. En la capital, Santo Domingo, y otras ciudades grandes, semáforos fuera de servicio provocaron largas filas y embotellamientos, mientras supermercados, mercados y estaciones de combustible reportaron desabasto y afectaciones a la cadena de frío. No se registraron incidentes de seguridad graves, pero autoridades mantuvieron vigilancia activa ante posibles saqueos o disturbios.
Las principales compañías eléctricas y el gobierno lanzaron un operativo de emergencia para investigar el origen del incidente, restablecer gradualmente el servicio y garantizar la seguridad de la población. Hacia el mediodía, el 60% del suministro eléctrico fue recuperado, y para el final de la tarde la mayor parte de las zonas urbanas contaba nuevamente con energía, aunque en áreas rurales y periféricas persistían cortes intermitentes. Las autoridades atribuyeron el apagón a una “falla técnica severa” en uno de los principales nodos de transmisión y descartaron de momento que haya sido resultado de sabotaje, aunque algunas fuentes no descartan una revisión exhaustiva de posibles ciberataques o falta de inversión estructural a largo plazo.
El presidente Luis Abinader destacó la rápida reacción de equipos técnicos y pidió paciencia a la ciudadanía, garantizando que se tomarán medidas para reforzar la infraestructura e investigar a fondo el evento. La Superintendencia de Electricidad y la Procuraduría General de la República ya abrieron expedientes para deslindar responsabilidades y evaluar compensaciones a usuarios y empresas afectadas. El sector productivo advirtió que las pérdidas económicas directas pueden superar los 50 millones de dólares si se suman los costos logísticos y la interrupción de exportaciones.
Este “apagón histórico” vuelve a poner en el centro del debate la urgencia de modernizar la infraestructura eléctrica, invertir en sistemas de respaldo y fortalecer la prevención ante fenómenos climáticos o ciberataques que puedan dejar al país vulnerable. Entidades sociales y empresariales llamaron a un pacto nacional por la estabilidad energética y la protección de los servicios esenciales en una economía cada vez más dependiente de la energía continua.



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