El Papa Francisco ha sido dado de alta del Hospital Gemelli de Roma después de cinco semanas de hospitalización por una infección respiratoria severa que derivó en neumonía bilateral. Su recuperación ha sido vista como un milagro por muchos fieles, quienes han estado orando por su salud desde su ingreso el 14 de febrero.
El 23 de marzo, el Papa hizo su primera aparición pública desde su hospitalización, saludando a los fieles desde un balcón del hospital. A pesar de aparecer frágil y con dificultades para hablar, el Papa mostró su espíritu positivo al agradecer a los presentes y ofrecer una bendición. Posteriormente, se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor para orar y luego regresó al Vaticano para continuar su convalecencia.
La recuperación del Papa ha sido lenta pero progresiva, con momentos críticos durante su hospitalización que pusieron en riesgo su vida. Sin embargo, su equipo médico ha informado que su condición ha mejorado significativamente, permitiendo su alta hospitalaria. Aunque requiere dos meses de descanso y tratamiento continuo, se espera que pueda retomar sus actividades normales con el tiempo.
El regreso del Papa al Vaticano ha sido recibido con alegría y alivio por la comunidad católica mundial. Su presencia es vista como un símbolo de esperanza en un momento crucial para la Iglesia, especialmente durante el Año Santo Jubilar que atraerá a millones de peregrinos a Roma.
A pesar de su debilidad física actual, el Papa ha mantenido su compromiso pastoral y ha expresado su gratitud por las oraciones recibidas durante su recuperación. Su equipo médico ha asegurado que, con el tiempo, podrá reducir su dependencia del oxígeno suplementario y retomar sus actividades con normalidad.
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