El tercer y último debate entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México se caracterizó por una intensa lluvia de promesas y acusaciones, donde Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski expusieron sus propuestas y críticas mutuas. Este evento crucial, celebrado en la recta final de la campaña, fue una oportunidad para que los candidatos consolidaran sus posiciones y trataran de captar a los votantes indecisos.
Clara Brugada, representante de la coalición «Juntos Haremos Historia», fue acusada por sus oponentes de tener vínculos con un «cartel inmobiliario» que supuestamente favorece la corrupción y el mal manejo en la asignación de proyectos de desarrollo urbano. Brugada rechazó estas acusaciones, defendiendo su gestión y enfatizando sus planes para mejorar la seguridad y la infraestructura de la ciudad.
Santiago Taboada, del PAN, centró su participación en criticar la gestión actual y proponer soluciones para los problemas de seguridad, que según él, han sido ignorados por el gobierno actual. Propuso un enfoque más estricto y organizado para combatir el crimen, incluyendo la mejora de la capacitación y recursos para la policía.
Salomón Chertorivski, del PRD, también enfrentó críticas por parte de sus contrincantes, pero se concentró en presentar su visión para mejorar el transporte público y la infraestructura educativa. Chertorivski argumentó que su experiencia previa como funcionario público le da una ventaja única para implementar políticas efectivas que pueden transformar la ciudad.
Este debate no solo fue una plataforma para que los candidatos presentaran sus propuestas, sino también un espacio donde los ciudadanos pudieron observar directamente las diferencias en políticas y personalidades. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los votantes de la Ciudad de México enfrentan decisiones críticas sobre el futuro liderazgo y dirección de su ciudad.
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