El Monterrey demostró que no está dispuesto a ser el sparring de nadie, ni siquiera del Inter de Milán, reciente finalista de la Liga de Campeones. En el centenario Rose Bowl de Pasadena, miles de aficionados regiomontanos llegaron en caravana para apoyar a los Rayados, que ofrecieron un partido de alto nivel europeo. Sergio Ramos, el legendario ex del Real Madrid, fue el estandarte del equipo mexicano y, a punto de cumplir 39 años, se llevó los reflectores con un gol y una actuación sobresaliente.
Pese a las dudas por las lesiones y el tiempo fuera de las canchas, Ramos mostró un nivel físico impresionante y lideró la defensa regiomontana junto a jóvenes como Víctor Guzmán y Gerardo Arteaga. Su gol de cabeza al minuto 25, superando a las torres del Inter, encendió la ilusión de la afición rayada y dejó claro que Monterrey puede competir de tú a tú con los grandes de Europa.
El Inter, que había subestimado a Rayados, se topó con un equipo aguerrido y bien plantado. Sin embargo, un error defensivo permitió al argentino Lautaro Martínez empatar el marcador al minuto 42, dejando un sabor amargo entre los seguidores mexicanos que soñaban con la hazaña. A pesar del empate, Monterrey mantuvo la presión y generó varias oportunidades en la segunda mitad, aunque faltó contundencia para quedarse con la victoria.
Al final del partido, Ramos resumió el sentir del equipo: “Era un rival complicadísimo, sabíamos la dificultad, pero nuestra intención era jugar a su altura. No nos vamos felices por el empate. Nos faltó un poco más de tranquilidad”. El resultado deja a Rayados bien posicionados para su siguiente reto ante River Plate, mientras que el Inter enfrentará al Urawa Reds japonés.
Deja una respuesta