Los transportistas de la Ciudad de México, agrupados en la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), anunciaron la suspensión del megabloqueo masivo que tenían previsto para este miércoles 29 de octubre en las principales vialidades de la capital. La decisión se tomó tras alcanzar un acuerdo preliminar con las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México para establecer una mesa de diálogo el próximo viernes. Esta movilización, que amenazaba con paralizar gran parte de la movilidad urbana, buscaba presionar por la homologación de las tarifas del transporte público y la entrega de un bono para combustible, demandas que el gremio ha sostenido por largo tiempo frente a lo que consideran una falta de respuesta gubernamental. La postergación representa un respiro temporal para los millones de capitalinos que se habrían visto afectados por el cierre de importantes arterias viales.
La principal exigencia de la FAT es la homologación de la tarifa del transporte público concesionado de la CDMX con la del Estado de México, donde el costo del pasaje es significativamente más alto. Actualmente, las tarifas en la capital oscilan entre 6 y 8 pesos, mientras que en el Estado de México se encuentran entre 12 y 14 pesos después de un reciente ajuste. Los transportistas argumentan que el costo actual es insuficiente para cubrir los gastos de operación, mantenimiento y refacciones de sus unidades, afectados por el constante incremento del precio del diésel. Han acusado al gobierno de Clara Brugada Molina de incumplir promesas y delegar la responsabilidad del aumento tarifario a secretarios que, según ellos, “se pasan la bolita” sin materializar acuerdos en su beneficio.
El megabloqueo planificado para este 29 de octubre tenía una escala sin precedentes, diseñado para “asfixiar” la CDMX y obligar a las autoridades a negociar. Entre las vialidades que se verían afectadas se encontraban las autopistas México-Pachuca, México-Cuernavaca, México-Toluca, México-Puebla y México-Querétaro, así como avenidas cruciales como Paseo de la Reforma, Calzada de Tlalpan, Calzada Ignacio Zaragoza, Circuito Interior, Periférico, Insurgentes e Indios Verdes. La movilización incluía la participación de más de 8,000 unidades de transporte público y contemplaba una marcha desde el Monumento a la Revolución hasta el Zócalo capitalino, lo que habría generado un caos vial generalizado en el centro de la ciudad.
La suspensión del bloqueo se gestó en la noche del martes, cuando la Fuerza Amplia de Transportistas emitió un comunicado informando el aplazamiento. Esta decisión se tomó con el objetivo explícito de “mantener el diálogo abierto y fortalecer las gestiones en curso en favor de una tarifa digna y condiciones justas para el sector transporte”. Según reportes, voceros del gremio confirmaron la cancelación de la movilización después de sostener una mesa de trabajo con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, donde se logró un compromiso para reanudar las negociaciones formales este viernes.
Este conflicto no es nuevo; los transportistas han mantenido un prolongado proceso de reuniones y diálogos fallidos con las autoridades locales a lo largo de casi un año. Acusan a la administración de Clara Brugada Molina de cerrar los canales de negociación y de no tomar en serio un estudio de factibilidad que, según ellos, sustenta la necesidad de un aumento en las tarifas. Las demandas del sector se intensificaron en las últimas semanas, con advertencias previas de bloqueos que finalmente culminaron en el anuncio del megabloqueo ahora suspendido, destacando la persistencia de los desafíos económicos que enfrentan los concesionarios del transporte público.
La reunión programada para el viernes será crucial para determinar el futuro de este conflicto. La suspensión del megabloqueo ofrece una ventana de oportunidad para que ambas partes encuentren una solución que satisfaga las necesidades de los transportistas sin comprometer excesivamente la economía de los usuarios ni la movilidad urbana de la CDMX. La presión por tarifas justas y condiciones laborales adecuadas sigue siendo un tema central que requiere una resolución definitiva para evitar futuras interrupciones masivas en la capital. Los ojos de los ciudadanos estarán puestos en este diálogo, esperando que se logre un acuerdo duradero y equitativo.





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