El Valle de México enfrenta una grave crisis de contaminación del aire. En las últimas dos semanas, se ha declarado la cuarta contingencia ambiental debido a los altos niveles de ozono y partículas suspendidas. Esta situación pone en riesgo la salud de millones de habitantes y evidencia la urgente necesidad de implementar medidas contundentes para reducir las emisiones contaminantes.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó la contingencia ambiental extraordinaria después de que se registraran concentraciones de ozono superiores a 155 puntos en el municipio de Nezahualcóyotl. Este contaminante, junto con las partículas PM2.5, puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y hasta cáncer.
Las autoridades han implementado medidas de restricción vehicular, suspensión de actividades industriales y recomendaciones para que la población evite realizar actividades al aire libre. Sin embargo, estas acciones son insuficientes para abordar el problema de raíz. Se requiere una estrategia integral que involucre a todos los sectores y niveles de gobierno.
Los expertos señalan que la principal fuente de contaminación en la región es el transporte, seguido por la industria y las emisiones domésticas. Por lo tanto, es fundamental promover el uso de transporte público, vehículos eléctricos y fuentes de energía renovables. Además, se deben fortalecer los programas de reforestación y áreas verdes para mitigar los efectos nocivos de la contaminación.
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