La Ciudad de México ha sido testigo reciente de varios casos en los que la protección del patrimonio ambiental ha sido un tema crucial. Un ejemplo destacado es la intervención judicial que ha frenado la tala de varios árboles históricos en la ciudad. En el caso del árbol centenario «Laureano», ubicado en la colonia Tlacoquemécatl del Valle, en la alcaldía Benito Juárez, un juez federal concedió una suspensión provisional para evitar su remoción o trasplante debido a un proyecto inmobiliario en el área.
El movimiento vecinal «Salvemos a Laureano» ha sido fundamental en la defensa de este árbol, que es una especie originaria de la India y tiene más de 100 años de vida. Los vecinos argumentaron que las ramas y raíces del árbol se extienden hacia el predio donde se planeaba construir un edificio de departamentos, lo que podría ocasionar un daño irreparable al medio ambiente.
La suspensión provisional implica que la Jefa de Gobierno, la Secretaría del Medio Ambiente, la Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental, así como el alcalde de Benito Juárez, deben garantizar la protección y conservación del árbol y sus raíces hasta que se resuelva la situación legalmente.
En otro caso similar, también en la Ciudad de México, un juzgado otorgó una suspensión provisional para proteger a dos árboles históricos, conocidos como «Naranda» y «Roberto», ubicados en la colonia del Valle. Estos árboles, con más de 70 años de edad, se encuentran en peligro debido a una construcción en la avenida Coyoacán. Los vecinos han solicitado que las autoridades se abstengan de realizar cualquier acción que pueda dañar a los árboles, asegurando su protección y la del entorno adyacente.
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