El Parque Aztlán, ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, ha comenzado sus pruebas operativas, iluminando 18 de sus 33 atracciones y juegos de destreza. Este nuevo centro de atracciones, que promete ser un ícono en la Ciudad de México, fue presentado por el jefe de Gobierno, Martí Batres, quien destacó la Rueda de la Fortuna Aztlán 360 como uno de los emblemas del parque. Con 85 metros de altura, esta rueda se posiciona entre las más grandes de América Latina. Además, el Parque Aztlán albergará la nueva sede del Museo Dolores Olmedo, enriqueciendo la oferta cultural con obras de artistas renombrados como Frida Kahlo y Diego Rivera.
Con una inversión superior a los cuatro mil millones de pesos, el Parque Aztlán ocupa el espacio del antiguo recinto ferial de Chapultepec y se proyecta como un motor de impacto turístico y económico para la capital. Según Batres, este proyecto no solo generará empleo y crecimiento económico, sino que también ofrecerá tarifas accesibles para los habitantes de la Ciudad de México, mientras que los turistas nacionales y extranjeros enfrentarán tarifas de mercado. Además, se ha hecho énfasis en la sustentabilidad del proyecto, con azoteas verdes, la plantación de 600 nuevos árboles, y el uso exclusivo de energía eléctrica renovable suministrada por la Central Hidroeléctrica de Necaxa.
El Parque Aztlán se distingue por su integración con el entorno natural del Bosque de Chapultepec y su compromiso con el medio ambiente, incluyendo el tratamiento y reciclaje del agua consumida. Entre sus 23 atracciones principales, se encuentran la Montaña familiar “La Mocha” y una Casa de Sustos en realidad virtual, además de 10 juegos temáticos inspirados en la cultura mexicana y prehispánica. Este proyecto representa un esfuerzo significativo por revitalizar uno de los espacios más emblemáticos de la Ciudad de México, ofreciendo a sus visitantes una experiencia única de entretenimiento y cultura.
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