Con una inversión de 39 millones de pesos, el jefe de gobierno, Martí Batres, encabezó este 6 de junio la inauguración de la planta trituradora de residuos de construcción San Lorenzo, en Tláhuac. El espacio, con una superficie de construcción de 3 mil 500 metros cuadrados, tiene capacidad para recibir hasta 500 toneladas de cascajo al día, que serán transformados en concreto ecológico y piezas de bloques reciclados para construcción. El concreto ecológico y bloques reciclados obtenidos a través de esta planta serán utilizados en obras públicas de la Ciudad de México, informó el mandatario capitalino.
«Aquí va a llegar el cascajo que anda regado por diversas partes (…) no es simplemente un depósito, sino que aquí puede llegar el cascajo y convertirse en un material para las obras públicas», mencionó Batres en conferencia. En la inauguración de la Planta Trituradora San Lorenzo, el jefe de Gobierno destacó su ubicación a un kilómetro de la Laguna de San Gregorio, donde en 1985 se depositaron los residuos de demolición de sismos.
«Queremos sacar el cascajo que se depositó ahí. Tengo entendido que están despistados 14 millones de metros cúbicos de cascajo que se derivaron de las construcciones caídas y derrumbadas después de los sismos de 1985», detalló Batres.
En su participación, el secretario de Obras y Servicios, Jesús Antonio Esteva Medina, explicó que la planta tiene una capacidad para procesar 600 metros cúbicos de concreto ecológico y fabricar 2 mil piezas de bloques al día, equivalentes a aproximadamente 400 metros cuadrados de superficie.
La planta trituradora San Lorenzo no solo contribuirá a la gestión adecuada de los residuos de construcción, sino que también promoverá la sostenibilidad en la Ciudad de México. Al transformar el cascajo en materiales reutilizables, se reduce la necesidad de extraer nuevos recursos y se disminuye el impacto ambiental de las obras públicas.
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