Ernestina Godoy, en su último informe como fiscal de la Ciudad de México, enfrentó su no ratificación para continuar en el cargo. Atribuyó la decisión a una minoría del Congreso, compuesta por miembros de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI). Godoy criticó esta acción, considerándola una defensa de la impunidad y un abandono hacia las víctimas de delitos.
Durante su gestión, Godoy abordó problemas significativos en la fiscalía, como la opacidad, corrupción y prácticas de tortura. Implementó reformas importantes, tales como el centrar a las víctimas en las actuaciones judiciales, diversificar las modalidades de denuncia, y combatir la impunidad. Estas medidas condujeron a una notable reducción de la violencia y delitos de alto impacto en la Ciudad de México.
A pesar de su partida, Godoy se mostró optimista sobre el futuro de la Fiscalía. Anunció la designación de Ulises Lara, anterior vocero de la FGJ-CDMX, como nuevo líder interino de la institución. Destacó los avances en la persecución de la corrupción y la mejora en seguridad y justicia en la Ciudad de México desde 2018, reiterando su compromiso con la justicia y las víctimas.
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