CDMX entrega casas a 350 familias desalojadas por el derrumbe en el cerro del Chiquihuite

La Ciudad de México ha cumplido un compromiso histórico al entregar viviendas con escrituras a 350 familias que fueron gravemente afectadas por el deslizamiento de tierra ocurrido en septiembre de 2021 en el Cerro del Chiquihuite. Este suceso, que devastó varias casas en el límite entre Tlalnepantla, Estado de México, y la alcaldía Gustavo A. Madero, obligó a la reubicación de cientos de personas que vivían en zonas de alto riesgo. La ceremonia de entrega, realizada el 4 de diciembre de 2025 y transmitida durante la Conferencia Mañanera del Pueblo, simboliza la culminación de un proceso complejo y la materialización de un anhelo para estas comunidades. Este esfuerzo conjunto entre los gobiernos federal y de la Ciudad de México resalta la prioridad de salvaguardar la vida y el patrimonio de los ciudadanos.

El derrumbe en el Chiquihuite, que lamentablemente cobró la vida de cuatro personas, incluyendo dos menores de edad, generó el desalojo de 286 familias y la necesidad imperante de encontrar soluciones habitacionales seguras y dignas. Durante el evento, Clara Brugada, jefa de Gobierno capitalino, enfatizó que “se está haciendo realidad un sueño” para estas familias, quienes ahora poseen la certeza legal y patrimonial de sus nuevos hogares. La secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Edna Vega, subrayó que, a pesar de lo “lento y complicado” del proceso, se logró la reubicación de los afectados. Del total, 200 familias fueron reubicadas en Tlalnepantla y 144 en la Ciudad de México, garantizando un nuevo comienzo en un entorno seguro y con todos los servicios básicos esenciales.

Las nuevas viviendas, un total de 354 unidades concluidas, cuentan con 65 metros cuadrados de construcción y están equipadas con todas las comodidades necesarias para una vida digna. Estas residencias se encuentran en un predio de más de 3 mil metros cuadrados, estratégicamente ubicado en Vasco de Quiroga, dentro de la alcaldía Gustavo A. Madero. Este proyecto no solo responde a una emergencia, sino que establece un precedente sobre cómo los gobiernos pueden trabajar de manera coordinada para atender desastres naturales y sus consecuencias a largo plazo. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabezó el enlace, felicitó a las familias y reconoció el esfuerzo conjunto de las administraciones federal y capitalina, destacando la importancia de la colaboración interinstitucional para el bienestar social.

El proceso de reubicación de familias no fue sencillo; implicó un extenso diálogo y una planificación meticulosa para asegurar que las soluciones ofrecidas fueran integrales y adecuadas. La entrega de las escrituras es un paso crucial que brinda estabilidad y seguridad jurídica a los beneficiarios, permitiéndoles reconstruir sus vidas con tranquilidad. Autoridades federales y locales, incluyendo a Rodrigo Chávez Contreras de CONAVI y Víctor Guzmán del Instituto Nacional de Suelo Sustentable, participaron en la ceremonia, reforzando el mensaje de compromiso con la población afectada. La visión de un futuro más seguro y resiliente para estas comunidades es el pilar de este proyecto, que busca prevenir futuras tragedias y ofrecer esperanza a las familias.

Este significativo avance es un claro ejemplo de la capacidad de respuesta y la sensibilidad social de los gobiernos. La atención prioritaria a las emergencias y la búsqueda de soluciones permanentes para las víctimas de desastres naturales demuestran una administración preocupada por sus ciudadanos. La historia de estas 350 familias desalojadas del Cerro del Chiquihuite es un testimonio de resiliencia y de cómo la acción gubernamental puede transformar la adversidad en una oportunidad para un nuevo comienzo, más seguro y próspero. La entrega de estas viviendas no es solo un acto administrativo, sino la consolidación de un derecho fundamental a una vida digna y protegida.

En retrospectiva, el suceso de 2021 en el Cerro del Chiquihuite marcó un antes y un después para cientos de vidas. Sin embargo, la determinación y el apoyo institucional han permitido a estas familias superar la adversidad. Las nuevas casas en la CDMX representan un refugio seguro y un cimiento para el futuro, consolidando la confianza en las instituciones y la capacidad de la sociedad para unirse ante la tragedia. Este programa de reubicación servirá como un modelo para futuras intervenciones, asegurando que la protección civil y el desarrollo urbano vayan de la mano en la construcción de comunidades más seguras y resilientes frente a los desafíos naturales. La solidaridad gubernamental ha sido clave en este logro monumental.

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