El inicio del 2024 en la Ciudad de México estuvo marcado por una significativa mala calidad del aire, atribuida principalmente a la quema de pirotecnia durante las celebraciones de Año Nuevo. Este problema afectó especialmente a zonas como Iztapalapa, Milpa Alta, Tláhuac, y Xochimilco, con niveles preocupantes de partículas PM2.5 y PM10.
La preocupación de los residentes por los impactos en la salud fue evidente, destacando problemas en las vías respiratorias. Las medidas para contrarrestar la contaminación incluyeron la suspensión de ciertas actividades industriales y de construcción, aunque no se limitó la circulación de vehículos.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) desactivó la contingencia ambiental regional en la tarde, gracias a una mejora en los niveles de contaminación. Sin embargo, se recomendó a la población evitar actividades al aire libre, especialmente en áreas como Tlalnepantla donde la mala calidad del aire persistió más tiempo.
Curiosamente, el primer día del año también se caracterizó por un bajo aforo en vialidades y transporte público en la Ciudad de México, con calles y espacios públicos menos concurridos de lo habitual, aunque para la tarde y noche la actividad en cafés y restaurantes aumentó.
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