LAMARR – Pluma invitada
En la bulliciosa metrópoli de la Ciudad de México, hogar de más de 9 millones de almas, el escenario político está experimentando una transformación peculiar en este año electoral. Aproximadamente el 70% de la población que van de los 25 a 34 años y a quienes aún podríamos llamar “jóvenes” se califican como ciudadanía activa y participativa, conocida por su inmersión en el vasto universo de las redes sociales.
En el vertiginoso 2024, donde las noticias, la comunicación y, a veces, incluso la vida cotidiana tienen lugar en la esfera digital, los precandidatos a la jefatura de gobierno de la CDMX no han pasado por alto la oportunidad de conquistar el corazón (y el voto) de la generación que vive, respira y meme-a a través de las «benditas redes sociales».
Según los informes de gastos de precampaña del Instituto Electoral (INE), se revela que dos de los tres aspirantes han dirigido sus estrategias hacia la era digital: Salomón Chertorivski se destaca como el pionero, desembolsando gran parte de los 3 millones 804 mil 359 pesos del presupuesto de su precampaña para conquistar las redes sociales. Santiago Taboada no se queda atrás, con una inversión de 2 millones 390 mil 800 pesos en redes sociales e internet. Y por último pero no menos importante Clara Brugada quien optó por una estrategia más modesta, destinando solo 8 mil 240 pesos a la misma causa.
Resulta intrigante observar cómo Clara Brugada, líder en diversas encuestas, decide invertir tan poco en el ciberespacio. En una ciudad que se enorgullece de su inteligencia y avance digital, sobre todo con un alto porcentaje de jóvenes que emite opinión de absolutamente todo en Redes Sociales, desde un desayuno de huevos revueltos, hasta las promesas electorales de los precandidatos. Tal parece que su estrategia quiere desafiar las expectativas.
Y al mismo tiempo hasta podría calificarse de inteligente la acción de Salomón Chertorivski quien llegarle a “los chavos” y de Taboada podríamos concluir que invirtió “pero poquito” en Redes Sociales para dejar lo demás en vía pública pues ya hay demasiada propaganda del “Cartel Inmobiliario” tal vez la de precampaña la pegarían encima para tapar la mala reputación.
Las incógnitas se acumulan: ¿Será que la ruta no está tan clara para Clara? ¿Será que lo “fosfo fosfo” de Chertorivski sólo resalta en Redes Sociales? ¿Será que Taboada taparía una propaganda con otra?
En conclusión, mientras las Redes Sociales son un escaparate crucial para la política moderna, los resultados finales aún se encuentran en la nebulosa de la incertidumbre. En este juego digital, donde cada like cuenta solo el tiempo revelará quién conquistará la realidad alterna de las redes y, por ende, el futuro de la Ciudad de México
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