El Banco de México (Banxico) recortó nuevamente la tasa de interés interbancaria a un día en 25 puntos base, para dejarla en 7.0 por ciento, decisión que entrará en vigor a partir del 19 de diciembre y que se perfila como el último ajuste a la baja de 2025. De acuerdo con el comunicado de política monetaria, la Junta de Gobierno consideró apropiado continuar el ciclo de disminuciones “en congruencia con la valoración del actual panorama inflacionario”.
Para sustentar el recorte, Banxico tomó en cuenta el comportamiento reciente del tipo de cambio, la debilidad que ha mostrado la actividad económica y los posibles efectos de cambios en las políticas comerciales a nivel global, factores que inciden tanto en el crecimiento como en la inflación. La decisión fue adoptada por mayoría, tras evaluar el grado de restricción monetaria acumulado en los últimos años y su impacto en la demanda interna y el crédito.
El banco central adelantó que, hacia adelante, valorará el momento de realizar ajustes adicionales a la tasa de referencia, siempre considerando el comportamiento de todos los determinantes de la inflación. Subrayó que la política monetaria seguirá orientada a que la inflación converja a la meta de 3 por ciento en el horizonte de pronóstico, manteniendo un enfoque prudente ante posibles choques internos y externos.
En su actualización de proyecciones, Banxico ajustó al alza el pronóstico de inflación general a 3.7 por ciento, desde un 3.5 por ciento previo, y el de la inflación subyacente a 4.3 por ciento, desde 4.1 por ciento, aunque mantuvo la expectativa de convergencia a la meta de 3 por ciento hacia el tercer trimestre de 2026. La decisión de recortar la tasa contó con el voto a favor de la gobernadora Victoria Rodríguez y de los subgobernadores Galia Borja, José Gabriel Cuadra y Omar Mejía, mientras que Jonathan Heath se pronunció por mantenerla sin cambios.
A finales de noviembre, la autoridad monetaria ya había ajustado a la baja su previsión de crecimiento económico para 2025, de 0.6 a 0.3 por ciento, al tiempo que redujo su expectativa de inflación general al cierre de ese año a 3.5 por ciento, desde 3.7 por ciento, en un contexto de desaceleración de la demanda y elevada incertidumbre global. Estos ajustes reflejan un escenario de crecimiento moderado y desinflación gradual, en el que Banxico busca equilibrar el control de precios con el apoyo a la actividad económica.



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