Trump cancela cumbre con Putin en Budapest por falta de avances en negociaciones

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cancelado la esperada cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin, que se tenía prevista en Budapest, Hungría. La decisión, confirmada el martes 21 de octubre de 2025, responde a la evidente falta de avances tangibles en las negociaciones para un alto el fuego en Ucrania, marcando un significativo revés en los esfuerzos de diplomacia directa entre Washington y Moscú en medio de las crecientes tensiones en Europa del Este. Este aplazamiento subraya la profunda complejidad del conflicto ucraniano, que sigue sin mostrar señales claras de una pronta resolución, y la dificultad de alinear las posturas de las principales potencias globales para encontrar una salida pacífica.

Esta cumbre en la capital húngara habría representado el segundo intento de reunión directa entre ambos líderes en lo que va del año. Previamente, en agosto, Trump había extendido una invitación a Putin para un encuentro en Alaska, que concluyó sin resultados concretos. La iniciativa para la cita en Budapest surgió tras una extensa conversación telefónica de más de dos horas entre ambos mandatarios la semana anterior. A pesar de que Trump había expresado optimismo sobre “grandes progresos” después de esa llamada, el Kremlin ya había señalado que nunca se había fijado una fecha precisa para la reunión. La cautela rusa, unida a la reticencia estadounidense ante la ausencia de condiciones favorables, presagiaba un camino diplomático arduo.

El motivo principal detrás de la cancelación fue expresado directamente por el presidente estadounidense desde la Casa Blanca. “No quiero tener una reunión desperdiciada. No quiero perder el tiempo, así que veré qué pasa”, declaró Trump a los periodistas, enfatizando su frustración por la falta de progreso en el cese de hostilidades en Ucrania. La situación se complicó aún más cuando, al día siguiente de su conversación con Putin, Trump recibió en Washington al presidente ucraniano, Volodymir Zelenski. Los objetivos de ambos líderes en esa reunión eran notoriamente divergentes: Zelenski buscaba la aprobación para recibir misiles de largo alcance Tomahawk, mientras que Trump pretendía obtener nuevas concesiones de Kiev que le permitieran anunciar un avance político sustancial en el conflicto. Fuentes cercanas indicaron que Trump presionó a Zelenski para que cediera la región del Donbás, una propuesta que ha generado considerable controversia.

La perspectiva de que el conflicto ucraniano no tiene una solución a corto plazo fue un reconocimiento explícito por parte de Trump ante la prensa. Esta apreciación coincide con la postura de varios líderes europeos, entre ellos Emmanuel Macron de Francia, Giorgia Meloni de Italia y Keir Starmer de Gran Bretaña, quienes han rechazado enérgicamente cualquier acuerdo que implique la cesión de territorio a Rusia. En una declaración conjunta, estos mandatarios advirtieron que Rusia “no está comprometida seriamente con la paz”, a pesar de los esfuerzos diplomáticos por reactivar las negociaciones. Un alto funcionario de la Casa Blanca también reveló que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el canciller ruso, Serguéi Lavrov, mantuvieron una llamada telefónica considerada “muy productiva”, pero no lo suficientemente como para justificar un encuentro presencial entre los presidentes. Este diálogo, si bien constructivo, no logró superar las profundas discrepancias sobre cómo abordar un alto el fuego y un eventual acuerdo territorial.

La cancelación de esta cumbre representa un nuevo golpe a las expectativas de un diálogo directo y efectivo entre Washington y Moscú, sembrando mayor incertidumbre sobre el futuro de la guerra en Ucrania. Desde el Kremlin, el vocero Dmitri Peskov intentó restar dramatismo a la situación, señalando que “no hay sensación de urgencia” en la organización del encuentro y que se necesita una “preparación seria”, sugiriendo que el diálogo podría retomarse más adelante. Mientras tanto, en el terreno bélico, la situación sigue siendo crítica, con recientes ataques de drones rusos en la región de Chernígov que han causado víctimas y dejado a cientos de miles de personas sin electricidad ni agua, recordando la persistente brutalidad del conflicto. La Unión Europea, por su parte, ha reafirmado su intención de utilizar miles de millones de dólares en activos rusos congelados en el extranjero para apoyar a Kiev, manteniendo su compromiso con el principio de que las fronteras internacionales no deben ser alteradas por la fuerza.

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