En un operativo de gran relevancia para la seguridad en Michoacán, Rigoberto ‘N’, conocido con el alias de “El Pantano”, ha sido capturado. Se le identifica como una figura clave en la red de extorsión a productores de limón en la región de Tierra Caliente y, de manera crucial, como el presunto autor intelectual del lamentable asesinato de Bernardo Bravo, líder de los limoneros de Apatzingán. Esta detención, que tuvo lugar entre el 20 y 21 de octubre de 2025, representa un golpe significativo contra la influencia del crimen organizado que ha azotado al sector citrícola de la entidad, marcando un paso importante en la búsqueda de justicia y la pacificación de una zona vital para la economía nacional.
La aprehensión de “El Pantano” se produjo pocas horas después de que el cuerpo sin vida de Bernardo Bravo Manríquez fuera hallado con signos de tortura en la carretera Apatzingán-Presa del Rosario. Bravo, un incansable defensor de los derechos de los productores, había alzado su voz públicamente contra las cuotas de extorsión impuestas por grupos delictivos y los precios injustos que mermaban la subsistencia de sus agremiados. Su valentía al denunciar estas prácticas lo convirtió en un blanco, y su homicidio exacerbó la preocupación por la seguridad en Michoacán. Las investigaciones iniciales han revelado que Rigoberto ‘N’ funge como jefe operativo en el cobro de estas cuotas para la célula criminal denominada “Los Blancos de Troya”, una organización con conexiones con Los Viagras, quienes han mantenido bajo asedio a los agricultores de la región, afectando directamente la producción y comercialización del limón.
El modus operandi de estos grupos criminales implica una compleja red de intimidación y violencia. Se sabe que imponen pagos forzados a los limoneros y aguacateros, dictando los precios de venta de la fruta y controlando los canales de distribución, lo que les permite generar ganancias ilícitas multimillonarias. La muerte de Bernardo Bravo no es un incidente aislado; lamentablemente, otros líderes como José Luis Aguinaga también han sido víctimas de esta violencia en el pasado reciente, como en agosto de 2024. La captura de “El Pantano” emerge como un elemento crucial para desmantelar estas estructuras, proporcionando a las autoridades la oportunidad de profundizar en la cadena de mando y las operaciones financieras que sustentan a estas células delictivas que operan con impunidad en zonas estratégicas como el Valle de Apatzingán, donde la industria limonera es el pilar económico fundamental.
La comunidad de Apatzingán y el sector agrícola de Michoacán han vivido bajo la sombra de la inseguridad por demasiado tiempo. Las denuncias de los productores han sido constantes, señalando la presencia de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación y los Cárteles Unidos como los principales generadores de violencia y extorsión. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos federal y estatal para reforzar la presencia militar y policial en la entidad, la problemática persiste, impactando negativamente en la vida de miles de familias que dependen del campo. La detención de “El Pantano” no solo busca llevar ante la justicia al presunto responsable de un crimen atroz, sino también enviar un mensaje contundente de que las acciones contra el crimen organizado continuarán, priorizando la protección de los ciudadanos y la restauración del estado de derecho en las zonas más vulnerables del país.
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