Trump acusa a Petro de liderar narcotráfico; se enfrentan en redes sociales

El panorama geopolítico entre Estados Unidos y Colombia ha experimentado una escalada de tensión sin precedentes tras las recientes y contundentes acusaciones de Donald Trump contra el presidente colombiano, Gustavo Petro. El pasado domingo 19 de octubre, el presidente estadounidense utilizó sus plataformas en redes sociales, específicamente Truth Social, para calificar a Petro como un “líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas”, un señalamiento que rápidamente se convirtió en el epicentro de un fuerte enfrentamiento diplomático y verbal. Esta grave imputación no solo profundiza las fricciones existentes, sino que también ha llevado a Trump a anunciar la suspensión de pagos y subsidios a gran escala destinados al país sudamericano, marcando un punto crítico en la relación bilateral en un contexto de operaciones antinarcóticos de EE.UU. en el Caribe.

Las declaraciones de Trump se enmarcan en una creciente preocupación por el repunte del narcotráfico en Colombia, país que, según sus afirmaciones, se ha convertido en el principal productor de cocaína a nivel mundial. El exmandatario aseveró que “el narcotráfico se ha convertido, con diferencia, en el mayor negocio de Colombia, y Petro no hace nada para detenerlo”, una crítica directa que ignora la compleja realidad social y económica detrás del fenómeno. La administración Trump ya había “descertificado” la lucha contra el narcotráfico de Colombia en septiembre, al considerar que el país había incumplido sus obligaciones, relegándolo a la misma categoría que naciones como Venezuela y Bolivia, una medida que agrava aún más la posición internacional de Colombia y su acceso a la cooperación bilateral.

La respuesta del presidente Gustavo Petro no se hizo esperar, quien calificó las acusaciones como “engañadas” por parte de los asesores de Trump. Petro, a través de sus propias redes sociales, contraatacó afirmando que “el principal enemigo que tuvo el narcotráfico en Colombia en el siglo XXI fue quien descubrió sus vínculos con el poder político del país. Ese fui yo”. El líder colombiano ha sido enfático en su crítica a las acciones militares de Estados Unidos en el Caribe, donde ataques contra supuestas embarcaciones de droga han dejado al menos 17 muertos. Petro ha tildado estos actos de “tiranía” y “asesinato”, exigiendo investigaciones penales si se confirma la presencia de ciudadanos colombianos entre las víctimas, argumentando una violación de la soberanía internacional y el derecho de gentes.

Este conflicto se intensificó tras los ataques estadounidenses a embarcaciones en el Mar Caribe, que Trump vinculó con el narcotráfico venezolano, aunque Petro sospecha que las tripulaciones eran colombianas y los incidentes ocurrieron en aguas de su país. La postura de Petro, quien ha buscado una “paz total” mediante negociaciones con grupos guerrilleros y criminales en lugar de la fuerza, contrasta marcadamente con la estrategia de mano dura promovida por Trump. Colombia, tradicionalmente un aliado clave de Washington, ha recibido aproximadamente 14.000 millones de dólares en ayuda estadounidense durante este siglo, de los cuales cerca de 500 millones se destinaron desde 2017 para modernización militar y operaciones antidrogas. La suspensión de estos fondos y la posible imposición de “importantes aranceles” anunciados por el senador Lindsey Graham, un aliado de Trump, podrían tener un impacto significativo en la economía y la seguridad colombiana.

La discordia también se extiende a la percepción sobre el consumo de drogas. Petro ha argumentado que la demanda de cocaína en Estados Unidos se ha estancado, siendo el fentanilo la sustancia de mayor preocupación, un producto sintético que, según él, no proviene de los campos de coca en Colombia sino de procesos industriales más complejos. Esta divergencia en el análisis del problema del narcotráfico subraya las profundas diferencias ideológicas y estratégicas entre ambos líderes, quienes han protagonizado un inusual y público enfrentamiento que ha capturado la atención internacional.

La situación actual entre Donald Trump y Gustavo Petro marca un momento delicado para las relaciones internacionales y la lucha global contra las drogas. Las acusaciones de narcotráfico y las subsecuentes represalias financieras no solo ponen en jaque la histórica alianza entre Colombia y Estados Unidos, sino que también plantean serios interrogantes sobre la efectividad de las políticas antinarcóticos y el respeto a la soberanía nacional. El desenlace de este pulso diplomático tendrá repercusiones considerables para la estabilidad regional y la formulación de futuras estrategias para combatir un problema tan arraigado como el narcotráfico.

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