La Ciudad de México ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad ambiental al establecer una ambiciosa meta de reducción del 35% en sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. Este anuncio trascendental fue realizado por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, el 8 de octubre de 2025, durante la inauguración de la “Semana de Acción: México por el Clima”. El evento, que se celebra por primera vez en el país y eligió a la capital como sede, tuvo lugar en el emblemático Altar a la Patria en Chapultepec, congregando a líderes globales y locales en una iniciativa crucial para la lucha contra el cambio climático. Esta nueva estrategia no solo eleva la ambición de la capital mexicana, sino que la posiciona como un referente en políticas ambientales a nivel regional y global, buscando garantizar un futuro más limpio y saludable para sus habitantes.
El compromiso de reducir un 35% las emisiones contaminantes representa un salto significativo respecto a esfuerzos previos. Desde 2019, la Ciudad de México ha implementado una estrategia de acción climática a largo plazo, con metas hacia 2050, que ya había logrado mitigar 2.3 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalente a una reducción del 10% de los gases de efecto invernadero. La nueva meta, presentada en el marco de “México por el Clima”, un encuentro internacional que se extenderá hasta el 10 de octubre de 2025, reunió a más de 3 mil asistentes presenciales y 15 mil a distancia, incluyendo representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), empresarios, académicos, organizaciones civiles y activistas ambientales. Esta plataforma busca fomentar el diálogo y la colaboración multisectorial para generar soluciones concretas frente a la crisis ambiental.
Una de las innovaciones más destacadas de esta política es la integración activa del sector privado, que se compromete a aportar el 10% de la reducción total de emisiones. Esta corresponsabilidad empresarial abre un nuevo capítulo en la agenda climática local, transformando el combate a la contaminación en un esfuerzo unificado entre gobierno, sociedad y empresas. La estrategia capitalina se alinea con los compromisos del Acuerdo de París y busca desarrollar nuevos modelos de desarrollo bajos en carbono, con el menor impacto en la naturaleza y la sociedad. La secretaria del Medio Ambiente, Julia Álvarez Icaza, ha subrayado la urgencia de estas acciones, señalando que los efectos del calentamiento global, como el calor extremo, las lluvias irregulares y los incendios forestales, ya son una realidad palpable que exige una respuesta inmediata y contundente.
Para alcanzar esta ambiciosa meta, el gobierno capitalino ha delineado un plan integral conocido como el “Acuerdo por una ciudad baja en emisiones”. Este plan incluye el impulso de energías renovables en desarrollos inmobiliarios y comercios, el fortalecimiento de plantas de compostaje con tecnología avanzada para convertir residuos en biofertilizantes y energía, y la expansión de la infraestructura de transporte público sustentable. Se contempla la renovación del Metro, la creación de nuevas rutas de Cablebús y Metrobús, y la promoción activa del uso de bicicletas, así como la instalación de paneles solares en edificios públicos y privados. Adicionalmente, el programa “Basura Cero” busca reducir en un 50% las 13 mil toneladas diarias de residuos que genera la capital, priorizando el reciclaje y la construcción de plantas de selección de residuos de última generación.
Clara Brugada ha enfatizado que la Ciudad de México aspira a consolidarse como la “capital climática” del país y de América Latina, liderando una política sustentable basada en evidencia científica y en línea con los objetivos globales. La directora de “México por el Clima”, Erika Valencia, ha destacado que la agenda debe llegar a “todas las personas de a pie”, impulsando conversaciones en torno a la naturaleza, las comunidades y la sostenibilidad ambiental. Frases como “El mejor momento para actuar fue hace 20 años, pero el segundo mejor momento es ahora” resuenan en el evento, haciendo un llamado urgente a la acción colectiva para salvaguardar el futuro del planeta. Este esfuerzo conjunto subraya la necesidad de alianzas sólidas y el compromiso de todos los sectores para enfrentar los desafíos ambientales.
En este contexto de acción climática intensificada, la Ciudad de México no solo se compromete a una reducción significativa de sus emisiones, sino que también promueve una transformación profunda hacia una cultura ambiental que involucre a todos los actores sociales. La visión a largo plazo, que se extiende hasta 2050, busca dejar un legado de sostenibilidad y bienestar para las futuras generaciones. La ambición de reducir la huella de contaminación y proteger la biodiversidad se convierte en un imperativo ético y práctico, que invita a la innovación, la colaboración y la adopción de prácticas más respetuosas con el medio ambiente, construyendo así una metrópoli más resiliente y equitativa frente a los retos del calentamiento global.
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