La inflación en México experimentó un repunte en septiembre de 2025, alcanzando una tasa anual del 3.76% anual, según los datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este incremento marca el segundo mes consecutivo de aceleración en los precios al consumidor, situándose ligeramente por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaba un 3.80%. A pesar de esta alza, el indicador se mantiene dentro del rango objetivo establecido por el Banco de México (Banxico), que es de 3% con una variación de +/- 1 punto porcentual, reafirmando la importancia de una vigilancia constante sobre la estabilidad económica del país.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un avance mensual del 0.23% en septiembre, lo que llevó a la tasa anual a 3.76%. Este dato, aunque representa una aceleración, fue mejor de lo esperado por los analistas, quienes proyectaban un repunte más pronunciado. Este comportamiento sugiere una dinámica compleja en la economía mexicana, donde diversos factores contribuyen a la formación de precios. La lectura de agosto había sido del 3.57%, mostrando una tendencia al alza que las autoridades monetarias y los ciudadanos observan con atención.
Un análisis más detallado revela que la inflación subyacente, un componente crucial que excluye los productos con precios más volátiles y es la referencia clave para la política monetaria de Banxico, se aceleró a un 4.28% anual. Dentro de este segmento, las mercancías y los servicios mostraron incrementos del 0.34% y 0.32% mensual, respectivamente. Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, registró un descenso mensual del 0.10%, aunque a tasa anual se ubicó en 2.02%. Este contraste subraya la diversidad de presiones inflacionarias que inciden en la economía nacional.
Diversos productos y servicios contribuyeron al alza de precios durante septiembre de 2025. Entre los que más incidieron se encuentran la vivienda propia, la educación básica y universitaria, así como los alimentos preparados como loncherías, fondas y taquerías. También se observaron aumentos significativos en productos agrícolas como el chile serrano y el tomate verde. En contraste, algunos bienes y servicios experimentaron descensos, como el aguacate y los servicios profesionales, lo que ayudó a mitigar el impacto general de la inflación.
Ante este panorama inflacionario, el Banco de México (Banxico) ha estado implementando su propia estrategia. En septiembre, la Junta de Gobierno del banco central redujo su tasa de interés a un 7.5%, su nivel más bajo desde 2022, acumulando una reducción de 250 puntos base en lo que va del año. Esta medida se enmarca en un esfuerzo por mantener la estabilidad de precios y propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta del 3% en el plazo previsto. Banxico ha indicado que valorará recortes adicionales a la tasa de referencia, tomando en cuenta todos los determinantes de la inflación.
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