El presidente Donald Trump ha emitido un ultimátum contundente a Hamás, exigiendo la aceptación de un acuerdo de paz con severas condiciones antes de las 18:00 horas (tiempo de Washington, DC) del domingo, o de lo contrario, advirtió, “se desatará un infierno como nunca antes se ha visto contra Hamás”. Este trascendental anuncio, realizado el 3 de octubre, llega en un momento crítico del conflicto entre Israel y Hamás, con implicaciones directas para la estabilidad en la región de Gaza y Oriente Medio. La demanda central de Trump incluye la liberación inmediata de los rehenes israelíes, subrayando la urgencia de una resolución que, según él, ya cuenta con la suscripción de un amplio acuerdo regional por parte de Israel.
En su mensaje divulgado a través de Truth Social, el expresidente estadounidense no escatimó en advertencias. Trump aseguró que más de “25 mil ‘soldados’ de Hamás ya han sido asesinados” como represalia directa al ataque perpetrado el 7 de octubre, y afirmó con rotundidad que está completamente preparado para ordenar la persecución y eliminación de los miembros restantes de la organización. “Sabemos dónde están y quiénes son, y serán perseguidos y asesinados”, escribió, recalcando la determinación de su postura ante la negativa de Hamás a ceder. Este tono beligerante busca presionar al grupo palestino hacia una aceptación incondicional del plan propuesto, que promete una “paz… de una forma u otra”.
Las condiciones de este acuerdo, descrito como de gran severidad, se presentan como la única vía para evitar una escalada aún mayor del conflicto. El ultimátum de Donald Trump coloca a Hamás en una encrucijada sin precedentes, donde la negativa implicaría enfrentar una arremetida militar con consecuencias devastadoras. La liberación de los rehenes es un punto innegociable y fundamental en la propuesta, siendo un factor clave para desescalar las tensiones y avanzar hacia cualquier forma de normalización en la franja de Gaza. La insistencia de Trump en que Israel ya ha suscrito este amplio acuerdo regional sugiere una estrategia coordinada para aislar a Hamás y forzar su cumplimiento.
El plazo fijado hasta la tarde del domingo establece un cronograma apremiante para una decisión que podría redefinir el futuro del conflicto israelí-palestino. La comunidad internacional observa con cautela este ultimátum, consciente de que su desenlace podría tener repercusiones significativas no solo en la región, sino a nivel global. La advertencia de Trump sobre un “infierno” sin precedentes destaca la seriedad de las consecuencias si Hamás opta por no aceptar las condiciones impuestas, lo que podría traducirse en una ofensiva militar de gran magnitud destinada a desmantelar completamente la capacidad operativa del grupo.
Este desarrollo subraya la compleja y volátil naturaleza de la situación en Oriente Medio, donde las intervenciones políticas de alto nivel buscan, a menudo de forma drástica, alterar el curso de los eventos. La exigencia de Trump a Hamás de aceptar el acuerdo de paz plantea interrogantes cruciales sobre la soberanía de los grupos y la efectividad de los ultimátums en la resolución de conflictos prolongados. La determinación de Israel y Estados Unidos para erradicar la amenaza de Hamás parece inquebrantable, y este plazo podría marcar el inicio de una fase definitiva en el largo y doloroso conflicto que ha asolado la región.
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