José María Morelos y Pavón no solo vive en los libros de historia o en los monumentos patrios. También ha sido, por décadas, uno de los rostros más recurrentes en los billetes mexicanos, recordándonos —literalmente en cada transacción— su papel clave en la Independencia.
De “infalsificable” a inolvidable
Durante la Revolución Mexicana, cuando la economía era un caos y los billetes falsos pululaban como volantes de campaña, los constitucionalistas mandaron imprimir una serie de billetes a Nueva York. Esta colección, conocida como “Los infalsificables”, incluía uno de 10 pesos con el retrato de Morelos, como símbolo de resistencia y legalidad monetaria.
Banxico toma el relevo
En 1936, el recién fundado Banco de México lanzó una nueva serie de billetes y eligió al Siervo de la Nación como imagen principal de portada. Desde entonces, Morelos se convirtió en una figura habitual en nuestra economía cotidiana.
De 20 a 200 pesos: su evolución en papel moneda
Fue en 1973 cuando el rostro de Morelos apareció en los billetes de 20 pesos, como parte de la familia AA, la primera completamente producida en México (¡adiós, imprentas extranjeras!).
Después, en 1994, el caudillo insurgente pasó al billete de 50 pesos, lugar donde permaneció por 27 años, convirtiéndose en uno de los más reconocibles por generaciones enteras.
El billete bicentenario: Morelos y Hidalgo, juntos otra vez
Finalmente, en 2019, Banxico nos sorprendió con el nuevo diseño del billete de 200 pesos, donde Morelos comparte protagonismo con Miguel Hidalgo, creando una poderosa dupla independentista. Este billete, lleno de detalles y simbolismos, sigue en circulación hasta la fecha.
Un legado que no se borra (ni se gasta)
Recordar a Morelos a través del dinero es más que un gesto simbólico: es una forma cotidiana de mantener viva la historia. Su rostro no solo representa el pasado, sino los ideales de justicia, igualdad y nación que aún resuenan en el presente.
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