Un lamentable incidente sacudió este lunes al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Sur de la UNAM, ubicado en la alcaldía Coyoacán, Ciudad de México, donde un ataque con arma blanca resultó en la muerte de un estudiante y dejó a un trabajador lesionado. Los hechos, ocurridos en el Boulevard Cataratas de la colonia Jardines del Pedregal, generaron una inmediata movilización de los servicios de emergencia y la suspensión de clases, evidenciando la urgencia de reforzar la seguridad en los campus educativos. Este trágico suceso ha conmocionado a la comunidad universitaria y pone de manifiesto la creciente preocupación por la violencia en espacios académicos, impulsando a las autoridades a tomar medidas y a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México a iniciar una exhaustiva investigación.
De acuerdo con los primeros reportes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y las autoridades universitarias, un joven encapuchado ingresó al plantel y agredió directamente con una navaja a otro estudiante, causándole heridas mortales. La víctima, identificada como Jesús “N”, perdió la vida a consecuencia de la agresión. Un trabajador del CCH Sur, en un acto de valentía, intentó contener al agresor durante la riña y resultó herido, siendo trasladado de emergencia a un hospital para recibir atención médica. Tras el ataque, el presunto responsable, identificado como Ashton “N”, intentó huir y, al verse perseguido, subió a un edificio y se lanzó desde una altura considerable, provocándose fracturas en ambas piernas. Actualmente, el agresor se encuentra bajo custodia policial en un centro hospitalario, mientras su situación legal es definida por las autoridades competentes.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reaccionó de manera inmediata ante la gravedad del suceso, activando sus protocolos internos de atención a la violencia y procediendo a suspender las actividades académicas en el CCH Sur. Se llevó a cabo un desalojo preventivo de los estudiantes para salvaguardar su integridad y permitir el trabajo de los servicios de emergencia y periciales. La institución ha expresado su profundo pesar por la pérdida del alumno y ha reiterado su compromiso con el bienestar de la comunidad estudiantil. La UNAM, en colaboración con la Fiscalía capitalina, está brindando todo el apoyo necesario para esclarecer los hechos y garantizar que se apliquen las consecuencias legales correspondientes al responsable de este crimen en el CCH Sur.
Este incidente no solo interrumpió la jornada escolar de miles de jóvenes, sino que también reabrió el debate sobre las estrategias de seguridad dentro de los planteles educativos autónomos. La comunidad exige respuestas y acciones contundentes que eviten la repetición de hechos tan lamentables. Padres de familia acudieron al plantel para recoger a sus hijos, visiblemente afectados y preocupados por la integridad de los estudiantes. La investigación en curso determinará las circunstancias exactas que permitieron la entrada del agresor con un arma y el desarrollo de la tragedia en un espacio que debería ser seguro para el aprendizaje y la convivencia.
Las autoridades han exhortado a la comunidad del CCH Sur a mantenerse informada a través de los canales oficiales de la universidad y de las instancias de seguridad, con el fin de evitar la propagación de rumores. La solidaridad y el apoyo mutuo son fundamentales en momentos de crisis como este. Se espera que los peritajes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México arrojen luz sobre el móvil del ataque y las responsabilidades individuales, garantizando que se haga justicia para la víctima y su familia. La UNAM, por su parte, ha prometido revisar y fortalecer sus protocolos de prevención de violencia para asegurar un entorno más seguro para todos sus integrantes.
La tragedia en CCH Sur resalta la importancia de mantener una vigilancia constante y de implementar medidas preventivas efectivas que protejan la vida y la integridad de los estudiantes y el personal. La comunidad educativa, en conjunto con las autoridades, debe trabajar de la mano para construir entornos de aprendizaje seguros y libres de violencia, donde el principal objetivo sea la formación académica y personal. Este doloroso suceso debe ser un punto de inflexión para reforzar la seguridad escolar y asegurar que ningún otro estudiante vea su futuro truncado de esta manera.
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