El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus expectativas de crecimiento para la economía mexicana, situando el pronóstico en un robusto 1% para 2025 y proyectando una aceleración a 1.5% para 2026. Esta actualización, anunciada alrededor del 19 de septiembre de 2025, representa un ajuste significativo respecto a estimaciones anteriores, que incluso anticipaban una contracción económica. La decisión del organismo internacional subraya la resiliencia de las exportaciones mexicanas, aunque también señala desafíos persistentes que el país deberá enfrentar para asegurar una trayectoria de desarrollo sostenible. La noticia es de vital importancia para los mercados y la planificación económica nacional, delineando un panorama de optimismo cauteloso en un contexto global incierto.
La nueva proyección del FMI contrasta marcadamente con las previsiones previas, que en abril de este mismo año preveían una contracción del 0.3% y en julio un crecimiento de apenas 0.2% para 2025. Este ajuste al alza refleja una evaluación más favorable de ciertos factores macroeconómicos. No obstante, la misión del FMI, que visitó México a finales de agosto, advirtió que la economía mexicana experimentará una desaceleración en 2025. Esta ralentización se atribuye a la consolidación fiscal, una política monetaria que se mantiene restrictiva y las continuas tensiones comerciales con Estados Unidos, factores que han impactado negativamente el consumo y la inversión doméstica. A pesar de estos frenos, la fortaleza de las exportaciones ha actuado como un contrapeso crucial, impulsando la mejora en las perspectivas generales de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Para el próximo año, el FMI anticipa una ligera recuperación, con una proyección de crecimiento del PIB del 1.5% en 2026. Sin embargo, este pronóstico viene acompañado de la advertencia de que el impacto de los aranceles y la incertidumbre comercial con Estados Unidos seguirá siendo palpable. El organismo enfatiza la necesidad de que México intensifique sus esfuerzos para lograr una mayor reducción del déficit fiscal y estabilizar la deuda pública. Las medidas políticas de ajuste son cruciales para fortalecer la credibilidad de los planes fiscales y generar margen para responder a posibles shocks económicos futuros. Adicionalmente, se resaltó la importancia de una implementación transparente y juiciosa del plan de rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex), dadas las implicaciones de sus operaciones financieras en los pasivos contingentes del país.
El informe del FMI también subraya que la flexibilización monetaria por parte del Banco de México (Banxico) debería continuar una vez que haya señales claras de que la inflación subyacente y las expectativas de inflación se encaminan hacia la meta del 3%. Si bien los recortes recientes en la tasa de interés han sido apropiados, futuros ajustes dependerán de la firmeza de esta tendencia. La estabilidad de precios es un pilar fundamental para la confianza de los inversionistas y el poder adquisitivo de los ciudadanos. La resiliencia de las exportaciones mexicanas, en particular hacia Estados Unidos, ha sido un motor clave para las proyecciones revisadas, demostrando la importancia de la integración comercial del país.
Mirando a largo plazo, el éxito económico de México dependerá de abordar varias áreas estructurales. El FMI identifica la necesidad de cerrar las brechas de infraestructura, fortalecer el Estado de derecho y profundizar la integración con socios comerciales globales como elementos esenciales para un desarrollo sostenido. Estas reformas no solo mejorarían la competitividad del país, sino que también atraerían mayor inversión privada, la cual es vista como un factor clave para el dinamismo económico. La simplificación de procedimientos y la claridad regulatoria son pasos fundamentales para mejorar el clima de inversión, especialmente después de recientes reformas legales.
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