La capital de México fue escenario el pasado viernes 19 de septiembre de 2025 de un evento crucial para la seguridad de sus habitantes: el Segundo Simulacro Nacional 2025. A las 12:00 horas, la característica alerta sísmica resonó no solo en los altavoces de la Ciudad de México (CDMX), sino que por primera vez se activó de forma masiva en más de 80 millones de teléfonos celulares en todo el país. Este ejercicio de prevención sísmica, fundamental para fortalecer la cultura de la Protección Civil, puso a prueba la capacidad de respuesta de la población y la efectividad de los sistemas de alertamiento ante la posibilidad de un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en Lázaro Cárdenas, Michoacán, aunque también se contemplaron otros escenarios como huracanes e incendios urbanos en diversas regiones de México.
El simulacro de este año marcó un hito con la integración del sistema de alertamiento masivo a través de dispositivos móviles, una iniciativa impulsada por el Gobierno de México mediante la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) y la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT). Esta innovadora medida busca democratizar el acceso a la información vital en momentos de emergencia, asegurando que la alerta llegue a una vasta cantidad de ciudadanos, incluyendo aquellos en zonas rurales donde la infraestructura de altavoces podría ser limitada. Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, y José Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital, presentaron previamente el sonido que emitiría esta nueva alerta, incluso proporcionando las rutas para activar manualmente las notificaciones de emergencia en sistemas Android e iOS.
La activación de la alerta sísmica por teléfonos celulares fue un componente central, diseñado para complementar los sistemas tradicionales y garantizar que un mayor número de personas reciba la advertencia con tiempo suficiente para reaccionar. Este sistema de difusión de alertas urgentes, que la mayoría de los dispositivos ya tienen configurado de fábrica, permite que los usuarios reciban notificaciones de emergencia del gobierno federal, cubriendo así un espectro mucho más amplio de la población y mejorando significativamente la preparación ante fenómenos naturales. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, enfatizó la importancia crítica de esta tecnología, destacando que su nivel de penetración en el país es muy elevado, incluso en comunidades alejadas.
En la CDMX, la respuesta ciudadana fue notable, al registrar la participación de 8.1 millones de personas y 25 mil 354 inmuebles. Decenas de ocupantes de edificios históricos, incluyendo aquellos que resguardan el Zócalo, participaron en el desalojo ordenado, replegándose en la plancha de la Constitución. La coordinación fue clave, con personas formándose en grupos y siguiendo las indicaciones de los coordinadores de Protección Civil. Paralelamente, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX (C5) activó su Sala de Crisis, integrando a dependencias federales como SEDENA, SEMAR, PEMEX y CFE, para concentrar información y reportes de posibles incidentes, demostrando una coordinación interinstitucional robusta y preparada.
La presidenta Sheinbaum subrayó la importancia de estos simulacros, aunque puedan generar nerviosismo o recordar experiencias traumáticas. Resaltó que son ejercicios vitales para que toda la ciudadanía sepa cómo actuar cuando se presenta una situación de riesgo. La continuidad de estas prácticas es fundamental para seguir avanzando en la prevención y para consolidar una cultura de respuesta eficaz. Estos ejercicios no solo prueban la infraestructura y los protocolos, sino que también refuerzan la conciencia colectiva sobre la seguridad ciudadana frente a eventos naturales impredecibles.
El éxito del Segundo Simulacro Nacional 2025, particularmente la integración efectiva del sistema de alerta en teléfonos celulares, subraya el compromiso de México con la Protección Civil y la mejora continua de sus mecanismos de respuesta. Este paso adelante en la tecnología de alertamiento representa una herramienta poderosa para salvaguardar vidas y bienes, asegurando que la población esté mejor informada y preparada para enfrentar los desafíos que la naturaleza pueda presentar. La participación activa de la ciudadanía y la coordinación interinstitucional son pilares esenciales para construir una nación más resiliente y segura.
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