La recaudación fiscal en México ha superado las expectativas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mostrando un crecimiento significativo en los primeros ocho meses del año en curso. Este dinamismo subraya la solidez de las finanzas públicas nacionales y el éxito de las estrategias de eficiencia implementadas por las autoridades tributarias, como el Servicio de Administración Tributaria (SAT). El incremento en los ingresos se ha logrado sin la necesidad de crear o aumentar nuevos gravámenes, lo que representa un pilar fundamental en la política económica actual.
De acuerdo con informes recientes, al cierre de agosto, la recaudación de impuestos alcanzó los 3 billones 338 mil 844 millones de pesos, lo que representa un aumento del 6.3% en términos reales en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este monto supera lo previsto en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2024 y 2025, cumpliendo el 100% y el 102.3% del objetivo, respectivamente. Este desempeño es crucial para el financiamiento de programas sociales y de infraestructura, así como para fortalecer el desarrollo económico del país en beneficio de las familias mexicanas.
El Impuesto Sobre la Renta (ISR), principal fuente de ingresos tributarios, contribuyó con un billón 833 mil 545 millones de pesos, superando en 87 mil 417 millones de pesos lo recaudado hasta el séptimo mes del año pasado. Por su parte, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) generó ingresos por 931 mil 998 millones de pesos, con un incremento de 95 mil 419 millones de pesos. El Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) también mostró un crecimiento notable, sumando 424 mil 888 millones de pesos, 139 mil 952 millones de pesos más que en el periodo anterior. Estos resultados son producto de una administración tributaria más eficiente, que incluye auditorías electrónicas y una fiscalización proactiva.
El aumento en la recaudación tributaria se atribuye principalmente al ‘Plan Maestro de Fiscalización y Recaudación’, enfocado en mantener un ‘piso parejo’ para todos los contribuyentes. Este plan, junto con una base económica sólida, el crecimiento del mercado interno y el desempeño positivo de sectores clave, ha permitido reducir la evasión fiscal y mejorar el cumplimiento voluntario. La política de fortalecer el salario mínimo también ha jugado un rol, incrementando la base de contribuyentes y, por ende, la recaudación por impuestos sobre la renta y seguridad social.
A pesar del buen desempeño de los ingresos tributarios, es importante señalar que los ingresos petroleros han experimentado una caída. No obstante, el dinamismo de la recaudación de impuestos ha logrado compensar esta disminución, impulsando el crecimiento de los ingresos públicos generales. Este contexto refleja una gestión fiscal que prioriza la sostenibilidad y el mantenimiento del grado de inversión del país, sin recurrir a endeudamiento adicional para financiar el gasto público.
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