El próximo lunes 1 de septiembre, la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) realizará una megamarcha que amenaza con paralizar las principales vialidades de la Ciudad de México y el área metropolitana, en demanda de un ajuste inmediato a las tarifas del transporte público. La movilización está programada a partir de las 7:00 horas, coincidiendo con el inicio del ciclo escolar y el regreso a clases de millones de estudiantes, lo que anticipa caos vial en uno de los días de mayor movilidad del año.
Se prevé la participación de más de 7,500 unidades concesionadas que bloquearán accesos clave, como la Autopista México–Pachuca, Periférico Norte, Autopista México–Cuernavaca y Calzada Ignacio Zaragoza. El gremio argumenta que la tarifa actual, congelada entre 6 y 8 pesos desde 2022, les impide cubrir costos como el combustible, refacciones y salarios, lo que lleva a muchas empresas a operar en números rojos, “en algunos casos en quiebra económica”.
La FAT afirma que intentó el diálogo con la administración de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, pero “no recibimos respuesta ni fecha para resolver la demanda central”, afirmó el vocero Francisco Carrasco. Destacan que, a diferencia de la CDMX, en el Estado de México ya se autorizaron alzas a la tarifa. Además, exigen la entrega de vales de gasolina para poder hacer frente al incremento sostenido del precio de combustibles — que pasó de 18.16 a 24 pesos por litro de gasolina, y de 19.59 a 25.83 pesos por litro de diésel en cinco años — así como mayores apoyos para el mantenimiento de unidades y la cadena comercial que emplea el sector.
La organización ha pedido disculpas al público, pero insiste en que la medida es resultado del desdén de las autoridades, que “orilló a los transportistas a tomar esta decisión”. Aseguran que los bloqueos no sólo visibilizan su lucha, sino que ponen sobre la mesa la sobrevivencia de miles de microempresarios y trabajadores del sector automotriz y transporte público concesionado, fundamentales para la movilidad y el empleo capitalinos.
Mientras se mantiene el llamado al diálogo, la CDMX y el Edomex se preparan para afectaciones severas en la movilidad, servicios escolares y actividades familiares y económicas importantes, en uno de los paros más grandes en los últimos años.
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