En un contexto de tensión agropecuaria entre México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó de «exagerada» la decisión del gobierno estadounidense de cerrar nuevamente la frontera a la exportación de ganado mexicano debido a un reciente caso de gusano barrenador en Veracruz. Este incidente tiene un impacto significativo en la economía mexicana, especialmente en el sector ganadero, ya que el cierre afecta directamente las exportaciones de ganado vivo, bisontes y caballos hacia Estados Unidos.
El caso de gusano barrenador fue detectado en el municipio de Ixhuatlán de Madero, en el estado de Veracruz, y confirmado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). A pesar de que las autoridades mexicanas han implementado medidas de control sanitario, incluyendo la liberación de moscas estériles para combatir la plaga, la decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de cerrar la frontera ha sido vista como una medida desproporcionada por parte del gobierno mexicano. Sheinbaum aseguró que se han trabajado arduamente durante dos meses para analizar y contener el caso, por lo que considera que el cierre no es justo.
Desde el último cierre de la frontera, el 11 de mayo, los ganaderos mexicanos han dejado de exportar alrededor de 650 mil cabezas de ganado, lo que ha generado un impacto económico de aproximadamente 700 millones de dólares, según el Consejo Mexicano de la Carne. Este cierre no solo afecta a los productores locales, sino que también tiene un impacto en la cadena de suministro y en la economía regional. Sheinbaum insistió en que las autoridades mexicanas están tomando medidas efectivas para controlar la situación, incluyendo el despliegue de un equipo de 20 veterinarios para monitorear las granjas y asegurar que no haya más casos de gusano barrenador.
El director de Senasica, Francisco Javier Calderón Elizalde, destacó que el número de casos activos de gusano barrenador ha disminuido significativamente, en un 18.5% desde el 24 de junio. Además, señaló que el caso actual está contenido y se espera que esté inactivo en un plazo de dos semanas, lo que refuerza la percepción de que el cierre fue una reacción exagerada. La presidenta Sheinbaum enfatizó que la mejor estrategia es seguir trabajando con la Secretaría de Agricultura para demostrar que la situación está bajo control y que el cierre fue una medida innecesaria.
Este cierre tiene implicaciones políticas y económicas significativas, no solo para México sino también para Estados Unidos, ya que la interrupción del comercio de ganado puede afectar la estabilidad de los mercados agropecuarios. Sheinbaum hizo un llamado a revisar la decisión y a considerar las consecuencias a largo plazo de medidas tan drásticas, enfatizando la importancia de mantener el diálogo y el trabajo conjunto entre ambos países para encontrar soluciones más efectivas y menos dañinas.
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