Este 7 de julio se celebra el Día Mundial del Cacao y, aunque hoy lo amamos en forma de chocolate, su historia va mucho más allá de los postres. Considerado durante siglos como un alimento sagrado, el cacao tiene raíces profundas en Mesoamérica… ¡y México tiene mucho que ver!
Un tesoro mesoamericano
Antes de convertirse en chocolate de mesa o bebida caliente, el cacao fue una moneda, un ritual y hasta una medicina. Civilizaciones como la olmeca, la maya y la mexica lo usaron como ofrenda a los dioses y también como símbolo de poder y riqueza.
Su nombre viene del náhuatl “cacáhuatl”, y su uso era tan importante que incluso se ofrecía en ceremonias religiosas o como dote matrimonial. Para los mayas, beber cacao era cosa de reyes.
De México para el mundo
Aunque el cacao se produce hoy en varios continentes, México fue su cuna histórica. Yucatán, Tabasco y Chiapas aún concentran gran parte de su producción. De hecho, Tabasco es considerado el principal productor nacional, con más del 60 % de la cosecha.
A nivel global, los países africanos como Costa de Marfil y Ghana lideran la exportación, pero el sabor y calidad del cacao mexicano es altamente valorado por chefs y chocolateros gourmet.
No solo sabe rico: ¡es saludable!
Sí, además de delicioso, el cacao es bueno para ti. Contiene antioxidantes, minerales y compuestos que ayudan al corazón y al estado de ánimo. Eso sí, entre más puro, mejor. Así que si puedes elegir entre una barra al 70 % y otra con más azúcar que cacao… ya sabes qué hacer.
También es reconocido por su capacidad para estimular la serotonina, lo cual explica por qué un buen chocolate te hace sonreír (o llorar de emoción).
El cacao mueve millones
El mercado mundial del cacao está en auge. En 2023, la industria del chocolate superó los 130 mil millones de dólares. El cacao mexicano no se queda atrás: su calidad ha abierto puertas en países como Suiza, Francia y Japón.
Sin embargo, los productores enfrentan retos como el cambio climático, plagas y la falta de apoyos agrícolas. Celebrar este día también implica reconocer su esfuerzo.
¿Y tú, cómo celebras al cacao?
Desde una taza de chocolate caliente hasta un pastel de tres capas, el cacao está más presente en nuestra vida de lo que pensamos. Y si alguna vez dijiste “el chocolate me salvó el día”, es hora de agradecer a ese grano mágico.El cacao: del regalo de los dioses al antojo del siglo XXI
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