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Katy Perry y cinco mujeres más viajan al espacio: una misión histórica por la igualdad

Por Diario Patria

Katy Perry dejó los escenarios para conquistar el cielo. Este lunes 14 de abril, la cantante estadounidense se convirtió en una de las seis mujeres que participaron en la misión NS-31 de Blue Origin, empresa aeroespacial de Jeff Bezos, en un vuelo suborbital completamente tripulado por mujeres.

El despegue —transmitido en vivo y ampliamente celebrado en redes sociales— duró apenas 11 minutos, pero marcó un precedente para la historia de la exploración espacial: es la primera misión integrada únicamente por mujeres civiles de distintos campos profesionales. La cápsula alcanzó más de 100 km de altitud y cruzó la línea de Kármán, el límite del espacio.

¿Quiénes fueron las tripulantes?

Además de Katy Perry —quien cantó “What a Wonderful World” mientras flotaba en gravedad cero—, participaron:
Lauren Sánchez, periodista, piloto y prometida de Jeff Bezos, quien encabezó la misión.
Gayle King, reconocida presentadora de CBS.
Aisha Bowe, ingeniera aeroespacial y excolaboradora de la NASA, primera mujer afrodescendiente en una misión privada.
Amanda Nguyen, activista nominada al Nobel de la Paz, fundadora de Rise y referente global en defensa de los derechos humanos.
Kerianne Flynn, productora de cine enfocada en diversidad e inclusión.

Más que un viaje: una declaración

La misión no tuvo objetivos científicos tradicionales, pero sí uno simbólico: romper techos, inspirar a nuevas generaciones y visibilizar el poder transformador de las mujeres en todos los ámbitos.

“Que este vuelo inspire a niñas en todo el mundo a mirar hacia arriba… y a creer que pueden llegar hasta donde quieran”, declaró Katy Perry al regresar.

Con este vuelo, Blue Origin apuesta por ampliar los límites del turismo espacial mientras pone sobre la mesa una conversación necesaria: ¿quién tiene acceso al espacio y qué tipo de historias se están contando desde allá arriba?

Un paso pequeño en tiempo, uno inmenso en representación

La misión fue celebrada como un avance en la representación de mujeres en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), donde la brecha de género sigue siendo profunda.

Aunque no fue una misión científica en el sentido tradicional, sí lo fue en lo simbólico: porque el espacio también se conquista con visibilidad, narrativa y participación.

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