En una cumbre histórica celebrada en Londres, líderes europeos, junto con representantes de Canadá y Turquía, acordaron un nuevo plan de cuatro puntos para respaldar a Ucrania en su conflicto con Rusia. El acuerdo, liderado por el primer ministro británico Keir Starmer, busca fortalecer la posición de Europa en la gestión del conflicto y reducir la dependencia de Estados Unidos.
El plan incluye mantener el flujo de ayuda militar a Ucrania mientras continúe la guerra, aumentar la presión económica sobre Rusia, garantizar la soberanía y seguridad de Ucrania en cualquier acuerdo de paz, y establecer una «coalición de países» para defender al país y disuadir futuras agresiones rusas. Starmer anunció que el Reino Unido permitirá a Ucrania utilizar 1.600 millones de libras para adquirir más de 5.000 misiles de defensa antiaérea.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizó la necesidad de situar a Ucrania en una posición de fuerza, incluyendo resistencia económica, energética y militar. Además, anunció un nuevo paquete de ayuda de 3.500 millones de euros para marzo, como parte del programa de apoyo de 50.000 millones de euros iniciado en 2024.
El acuerdo surge en un contexto de tensión con Estados Unidos, tras una desastrosa reunión entre el presidente ucraniano Zelenski y el presidente estadounidense Donald Trump. Los líderes europeos buscan una mayor autonomía en la gestión del conflicto, aunque reconocen la importancia del apoyo estadounidense para el éxito del plan.
La cumbre también abordó la posibilidad de una adhesión acelerada de Ucrania a la Unión Europea, con Von der Leyen sugiriendo que podría completarse antes de 2030. Esta medida se ve como una forma adicional de garantizar la seguridad y estabilidad de Ucrania a largo plazo.
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