Lo que debía ser un encuentro diplomático entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, terminó en un tenso enfrentamiento que culminó con la salida abrupta del mandatario ucraniano de la Casa Blanca sin firmar el esperado acuerdo sobre minerales.
La reunión en el Salón Oval rápidamente se convirtió en una acalorada discusión cuando Zelensky desafió abiertamente a Trump por su enfoque más conciliador hacia Rusia, instándole a «no hacer ningún compromiso con un asesino», en clara referencia a Vladimir Putin. Trump, visiblemente molesto, acusó al líder ucraniano de ser «irrespetuoso» y de «jugar con la Tercera Guerra Mundial».
«No puedes decirnos si quieres un alto al fuego o no. Estás faltando al respeto a nuestro país, sé que no estás ganando«, le espetó Trump a Zelensky, añadiendo que «ahora mismo no tienes las cartas en la mano. Estás jugando con las vidas de millones, están jugando con la Tercera Guerra Mundial». El vicepresidente JD Vance también intervino para recriminar al ucraniano su actitud: «¿Crees que es respetuoso venir a la Oficina Oval de los Estados Unidos de América y atacar a la administración que está tratando de evitar la destrucción de tu país?».
Tras este tenso intercambio, Zelensky abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo que pretendía abrir la vasta riqueza mineral de Ucrania a inversiones estadounidenses. En la cuenta oficial de la Casa Blanca en X se publicó un mensaje contundente: «Él faltó al respeto a los Estados Unidos de América en la Oficina Oval. Puede regresar cuando esté listo para la paz», acompañado de un video que muestra la salida del presidente ucraniano.
El incidente ha provocado una inmediata reacción de los líderes europeos, quienes han cerrado filas con Zelensky. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto con otros altos funcionarios de la UE, publicó un mensaje de apoyo: «Su dignidad honra la valentía del pueblo ucranio. Sea fuerte, sea valiente, no tenga miedo. Nunca estará solo». Por su parte, el Kremlin ha celebrado el enfrentamiento, con el expresidente ruso Dmitri Medvédev declarando que «el insolente cerdo por fin ha recibido una buena bofetada en el Despacho Oval».
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