El Super Bowl LIX promete ser épico: los Kansas City Chiefs, bicampeones defensores, se enfrentarán a los Philadelphia Eagles el 9 de febrero en Nueva Orleans, en una reedición de la final de hace dos años que promete fuegos artificiales.
Los Eagles llegan con sed de venganza y un arma nueva: Saquon Barkley, quien ya dejó su huella en la final de la NFC con tres touchdowns en la paliza 55-23 sobre los Commanders. El corredor estrella, junto a Jalen Hurts y A.J. Brown, forma un tridente ofensivo que da miedo.
Por su parte, los Chiefs de Patrick Mahomes y Travis Kelce buscan hacer historia intentando convertirse en el primer equipo en ganar tres Super Bowls consecutivos. El equipo de Kansas City demostró su temple al vencer a los Bills 32-29 en una final de la AFC que mantuvo el suspenso hasta el último minuto.
El evento promete ser un espectáculo más allá del campo. Los boletos alcanzan precios estratosféricos de hasta 40 mil dólares, mientras que los espacios publicitarios se venden en 8 millones por 30 segundos. Además, la posible presencia de Donald Trump y Taylor Swift añade más picante al evento.
Los Eagles llegan renovados pero más potentes que nunca. Aunque veteranos como Jason Kelce y Fletcher Cox se retiraron, sus reemplazos han estado a la altura, y la adición de Barkley (quien ya suma siete touchdowns de más de 60 yardas esta temporada) los hace aún más peligrosos.
El duelo se llevará a cabo en el legendario Caesars Superdome, el estadio que más Super Bowls ha albergado, y se espera superar el récord de audiencia del año pasado de 123.4 millones de espectadores.
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