El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció este miércoles el despliegue de 1,500 efectivos adicionales en la frontera con México, como parte de las medidas ordenadas por el presidente Donald Trump para reforzar la seguridad fronteriza. Las nuevas tropas se sumarán a los 2,200 elementos que ya operan en la región.
El secretario de Defensa interino, Robert Salesses, confirmó que el contingente estará compuesto por 1,000 soldados del Ejército y 500 Marines, quienes apoyarán en tareas de vigilancia y construcción de barreras físicas. La medida forma parte de una estrategia más amplia que incluye el uso de helicópteros militares para deportaciones y análisis de inteligencia.
Esta acción se produce dos días después de que Trump declarara una emergencia nacional en la frontera sur y ordenara al Pentágono convertir la seguridad nacional en una misión central. El presidente también instruyó evaluar en 90 días si será necesario invocar la Ley de Insurrección de 1807, que permitiría el uso de tropas en labores de orden público.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó que esta medida responde a una «prioridad número uno del pueblo estadounidense». Sin embargo, fuentes internas revelan que la administración considera enviar hasta 10,000 efectivos en los próximos meses y utilizar bases militares como centros de detención para migrantes.
El despliegue militar ocurre en un momento de relativa calma en la frontera, donde los cruces ilegales han disminuido significativamente desde 2024, tras las restricciones implementadas por la administración Biden y el endurecimiento de controles por parte de México. No obstante, Trump ha insistido en que la situación representa una «invasión» que requiere una respuesta militar inmediata.
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