Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, lanzó nuevas declaraciones polémicas contra México durante una conferencia de prensa desde Mar-a-Lago, Florida. Entre sus controvertidas propuestas, anunció su intención de renombrar el Golfo de México como «Golfo de América», argumentando que es «un nombre hermoso y apropiado».
Durante su intervención, Trump calificó a México como «un lugar muy peligroso» y afirmó que el país está «esencialmente dirigido por los cárteles». Estas declaraciones se suman a sus amenazas previas sobre imponer aranceles si México no frena la migración ilegal y el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
La respuesta del gobierno mexicano no se hizo esperar. El Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, afirmó que México aplicará «sabiduría mexicana» ante las declaraciones de Trump. «No vamos a caer en provocaciones ni responder a bravuconadas», señaló Ebrard, quien enfatizó que México mantendrá una postura firme pero diplomática ante las amenazas del presidente electo estadounidense.
La congresista republicana Marjorie Taylor Greene anunció que presentará «lo antes posible» un proyecto de ley para iniciar el proceso de cambio de nombre del Golfo, respaldando inmediatamente la propuesta de Trump. Sin embargo, Ebrard recordó que México cuenta con herramientas diplomáticas y comerciales para defender sus intereses, y que el país no cederá ante presiones injustificadas.
Las declaraciones de Trump han generado una ola de reacciones en redes sociales y medios internacionales. El Golfo de México, que abarca más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados y aparece en mapas europeos desde el siglo XVI, representa una parte fundamental de la identidad geográfica y cultural de la región.
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