El reciente escándalo en Hollywood ha sacudido a la industria del entretenimiento tras la denuncia de Blake Lively contra su coprotagonista y director, Justin Baldoni, por acoso sexual y una supuesta campaña de desprestigio. La actriz presentó una demanda formal ante el Departamento de Derechos Civiles de California, alegando un ambiente laboral tóxico durante el rodaje de una película.
Según los documentos legales, Lively denunció comportamientos inapropiados, incluyendo comentarios sobre su peso, la exhibición de videos explícitos y la inclusión de escenas sexuales no pactadas en el guion. Además, acusó a Baldoni de orquestar una campaña mediática para dañar su reputación tras expresar sus preocupaciones en una reunión con el equipo de producción.
El conflicto escaló cuando Baldoni fue desvinculado de su agencia de representación y enfrentó críticas públicas. Por su parte, los abogados del actor han negado categóricamente las acusaciones, calificándolas como «falsas y sensacionalistas». Baldoni asegura que estas denuncias buscan manipular la narrativa mediática en su contra.
Lively, quien también fue coproductora del proyecto, contó con el apoyo de su esposo durante las reuniones para abordar el ambiente laboral. La actriz declaró que busca exponer estas tácticas para proteger a otras personas que denuncien conductas indebidas.
El caso ha generado un intenso debate en redes sociales y dentro de la industria. Mientras algunos apoyan a Lively por alzar la voz contra el acoso, otros cuestionan las implicaciones legales y mediáticas del conflicto. Este escándalo podría tener repercusiones significativas en la forma en que Hollywood maneja las denuncias laborales.
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